Diario de León, 16/07/2013.- El interés de la sesión plenaria celebrada ayer por las Cortes de Castilla y León no radicaba tanto en el texto como en el contexto. Era evidente que la enmienda a la totalidad presentada por el grupo mixto (IU y UPL) al Proyecto de Ley de Ordenación, Servicios y Gobierno del Territorio estaba derrotada de antemano. Dada la mayoría absoluta del PP, el rechazo se hubiera producido igualmente si la iniciativa hubiera sido del grupo socialista. Pero ocurre que el cogollo de dicha Ley fue objeto en el pasado debate sobre el estado de la comunidad del pacto entre PP y PSOE que tanta polémica levantó en las filas socialistas.
Superada esa polémica interna, una tormenta originada por la bicefalia, el grupo socialista a la fuerza tenía que coincidir con el PP en el rechazo a la enmienda del grupo mixto. Y es aquí donde entra en juego el contexto. Al mismo tiempo que Rubalcaba y los suyos piden la dimisión de Rajoy y rompen relaciones con el PP, en Castilla y León socialistas y populares preservan de esas hostilidades su pacto sobre la «ordenación territorial». Y lo de pedir la dimisión de Rajoy no es cosa exclusiva de Ferraz. Ayer mismo, sólo una hora antes de la sesión plenaria de las Cortes, hacía lo propio en Valladolid el secretario autonómico del partido, Julio Villarrubia.
Como a la postre lo que se debatía ayer era una iniciativa de terceros, socialistas y populares obviaron sus diferencias —que siguen existiendo sobre la propia Ley, como lo prueban las 167 enmiendas parciales de los primeros— y se centraron en descalificar la enmienda de IU y UPL. Comenzó haciéndolo el consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez, en su turno de defensa del Proyecto, al que calificó como el «mas explicado, dialogado y participado» en los 30 años de historia de la comunidad autónoma. Aseguró que la enmienda a la totalidad no conllevaba ningún proyecto alternativo y abundó en la contradicción de IU y al ir de la mano de la UPL cuando ambas fuerzas no comparten el modelo de comunidad.
El leonesista Valderas aclaró después que la enmienda en realidad era de IU y que UPL la apoyaba como socio solidario. Antes, José María González atacó con tanta dureza el proyecto de ley como el pacto alcanzado en torno al mismo por populares y socialistas, que calificó de «sainete bipartidista». Para González, se trata de una «caricatura de ordenación» que no afronta la realidad comarcal y refuerza el papel de las diputaciones, a las que definió como «entes ademocráticos y clientelares, descendientes del viejo caciquismo».
«Menos Junta y más Administración Local» podría ser el lema de Valderas para oponerse a esta Ley, que a su juicio restará autonomía y competencias a los ayuntamientos y no garantiza el futuro de las entidades locales menores y sus juntas vecinales.
Mientras el popular Sanz Vitorio, volvió a repartir estopa a IU y UPL, el socialista Ramos se mostró más conciliador, justificando su apoyo al proyecto en la necesidad de aprobar una asignatura que tiene pendiente la comunidad desde su misma creación. «No es el final del trayecto, pero sí un punto de partida», dijo Ramos, quién valoró el hecho de que la palabra comarca haya dejado de ser tabú.
Y si antes del pleno Villarrubia había pedido la dimisión de Rajoy, nada más acabar la sesión el portavoz socialista y secretario federal de Organización, Óscar López, hizo lo propio en declaraciones realizadas en los pasillos. Quedaba claro que el pacto de la «ordenación territorial» está blindado a prueba de Bárcenas.
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