Todo pasa por los secretarios

Diario de León, 4/5/2013.- La nueva y amenazadora Ley anunciada por el Gobierno tiene claro cuál será el sistema de corte entre las entidades locales menores que sobrevivan y las que no: la transparencia financiera. Como administración, la pedanía está obligada a rendir cuentas y a someterse para ello al Tribunal de Cuentas. Presupuesto anual, fiscalización, contabilidad, recaudación, tesorería… trámites que, nadie lo discute, sólo cumple hoy una de cada diez juntas vecinales.

Pero, ¿quién tramita y supervisa esa limpieza económica? Ahí está el escollo. Una abrumadora mayoría de pedáneos desconocen lo más básico para rendir cuentas. Los pueblos carecen incluso físicamente de Internet para poder plantearse una presentación telemática de los documentos. Y aunque hubiera, nadie ha diseñado una plantilla tipo, ninguna administración les ha abierto su ‘ventanilla’ para entregar las cuentas…

Así las cosas, los únicos capacitados y habilitados son los secretarios municipales. Todo queda en sus manos. «Necesitamos urgentemente que se regule su función, que es vital para las juntas vecinales», reclama Marcos Cubelos. Esta, y la real modernización de las pedanías, han sido las principales reivindicaciones de la Federación ante la Dirección General de Coordinación de Competencias con las Comunidades Autónomas y Administraciones Locales y la Consejería de Administración y Territorio de la Junta de Castilla y León.

El actual ‘poder’ de los secretarios o la ausencia de incentivos económicos para que pasen a sumar estas funciones a las que ya desarrollan para los ayuntamientos son graves trabas en el camino. González-Antón habla de que «hay casos de abusos muy serios, algunos secretarios cobran en dinero ‘B’, en Palencia, en Cantabria… y es imprescindible normalizar todo este proceso».

Por supuesto, también exigen como imprescindible el refuerzo del Servicio de Asistencia a Municipios (SAM) de las diputaciones o el Consejo Comarcal en el caso del Bierzo, porque la Federación tiene claro que la falta de medios, coordinación y personal actuales hacen casi inviable su participación.