Diario de León, 26/07/2012.- Las juntas vecinales suponen una de las singularidades de la provincia de León, que cuenta con casi la mitad de las instituciones locales menores de este tipo existentes en toda España. La tradición milenaria de unirse los pueblos para realizar trabajos comunitarios en lo que se denominan «facenderas» o de aprovechar los recursos comunes de los montes o del agua ha consolidado un sistema de autogobierno en los pueblos, que con los ajustes institucionales derivados de la crisis está amenazado de muerte.
Para la provincia, si finalmente se produce esta eliminación de las juntas vecinales, supondrá una auténtica revolución ya que este tipo de entidades menores controlan en estos momentos el 55% del territorio leonés. Son lo llamados terrenos comunales, una fórmula que ha ido desapareciendo por todo el mundo pero que en la provincia de León tiene total vigencia.
Las pedanías controlan aprovechamientos forestales, cotos de caza, explotaciones de setas, pastizales, e incluso recursos mineros o energéticos. Un inmenso patrimonio que a muchos pueblos les ha permitido mejorar las condiciones de vida de sus habitantes sin que exista un coste real para las arcas generales de la administración como si ocurre en otras instituciones donde existen cargos profesionalizados. Las juntas vecinales son un manjar jugoso para muchos ayuntamientos, que aspiran a regir ese inmenso patrimonio que se regía por la democracia más participativa posible.
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