Diario de León, 26/7/2012.- La presentación de varias candidaturas para regir la junta vecinal en pueblos remotos y de escasa población origina enfrentamientos y enemistades entre familias que aspiran a manejar los recursos. Ese es uno de los graves problemas que aprecian académicos y pedáneos, quienes estiman que el mejor sistema de gobierno era el antepasado de las juntas, el Concejo abierto, donde todos los vecinos opinaban y participaban en las decisiones, se favorecía la Democracia directa y la convivencia. Otro es la falta de control de las cuentas. Las juntas también han protagonizado pugnas sonadas, como la de Valporquero, que en 1996 comenzó a reclamar sin éxito a la Diputación la titularidad de las cuevas. Un año antes, Felechas, Llama y Colle se enzarzaron con el Ayuntamiento de Boñar para recuperar el agua. En Quintanilla de Somoza hubo una sonada estafa de oro.
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