Jesús Mª López de Uribe en Leonoticias, 14/07/2012.- Entre unas de las muchas cosas que fui leyendo sobre el Consejo de Ministros del Gobierno, un par de ellas me consiguieron soliviantar de verdad. Una, respecto a mi condición profesional de empresario autónomo, no viene a cuento aquí; otra, la de la supresión de las Entidades Locales Menores (los concejos o pedanías en León), tiene un componente tan grave para los leoneses que es imposible no pensar en que a cientos de miles de nuestros ciudadanos les acaban de expropiar sus terrenos comunales.
Para mí, que llegué a ser coordinador de Provincia y trabajé toda mi vida profesional de periodista en Comarcas en La Crónica primero, y después en el Diario de Léon (hoy opino en este nuestro Leonoticias), la cuestión es realmente grave. Tan grave, que puede que sea el sueño lúbrico dictatorial de muchos alcaldes y representantes autonómicos: el poder disponer de golpe de miles de hectáreas y posesiones de estas pequeñas (y mal llamadas) Entidades Locales Menores para así poder mitigar las enormes deudas municipales que ellos crearon y sin pagar un céntimo por ellas. Ya hace años, en la ley de Bosques de Castilla y León, las pedanías leonesas perdían gran parte del control sobre los bosques (no así en Burgos, donde se hacía una muy adecuada “excepción”); pero hoy es que los vecinos de los pueblos han perdido el control directo de los quiñones, las plantaciones arbóreas -los “chopos”, por decirlo para que lo entiendan-, las tierras y sus propiedades inmobiliarias de la noche a la mañana y sin recibir nada a cambio.
Pero expliquemos qué son esas Entidades Locales Menores a las que nos referimos. En marzo de 2010 existían 3.722 de ellas en España. León con 1.234 (un tercio de ellas) lideraba por mucho su número. Le siguen Burgos con 653, Navarra con 351 y Álava con 336. También las había en Asturias, Palencia, Galicia (9), Aragón y Cataluña (en la montaña), Valencia y Andalucía. Como se puede ver, León es la cuna de ellas (y las de Palencia y Burgos surgen de la Edad Media cuando las creó el Reino de León para ir poblando el territorio recuperado a los árabes). Estas Juntas Vecinales, cuando tienen menos de cien habitantes se rigen por concejo abierto (muy leonés esto incluso siendo de más habitantes; si se pide concejo, se hace y si no... palos). Si sobrepasan este número se dirigen por una Junta Vecinal compuesta por presidente y dos dos o cuatro vocales, si el pueblo superaba los 250 residentes. En la mayoría de ellas -elegidas por esas papeletas verdes que parece ser que ya no volveremos a ver en los comicios municipales- los representantes no cobraban.
¿Qué hacían los concejos leoneses? Se encargaban de administrar los bienes del pueblo. Al crearse en la Edad Media como los primeros sistemas democráticos directos de aquella época, se les concedía a los colonos las tierras, que se repartían entre ellos y el concejo. Así siempre tenían que trabajar todos para poder sobrevivir en territorio hostil (que era por lo que les daban “democracia”, no se crean). Los vecinos decidían qué hacenderas realizar, cómo repartir los quiñones (aprovechamiento de tierras) casi siempre en subasta, deslindar y amojonar los terrenos limítrofes, elegir sementales, dirigir monterías, controlar el furtivismo, arrendar puertos (¿qué va a pasar con el conflicto de Pinos en Babia ahora?), custodiar el dinero del pueblo, reparar los inmuebles... todo lo que tenía que ver con la vida municipal. Por ello, muchas de ellas pasaron a ser municipios.
Por supuesto que no siempre fueron sistemas perfectos de gestión. Ponían muchas complicaciones a alcaldes de municipios y funcionarios (sobre todo a éstos), pero porque en la mayoría de las ocasiones, al ser sistemas de democracia casi directa... no estaban de acuerdo con los “repartos” que su Ayuntamiento hacían de sus impuestos o con las órdenes de los lejanos funcionarios del Estado. Lo que ocurría a veces, y se puede decir en pueblos como Navatejera, muy cerquita de León, es que se gestionaban mejor que los Ayuntamientos y tenían más posesiones y daban más servicios a sus habitantes (lo mismo pasa en municipios señeros del Bierzo). En realidad, las pedanías eran lo que se podría considerar comunidades de vecinos propietarios; porque tenían bienes que salvaguardar y gestionar que pertenecían a todos sus residentes por igual.
Expropiación y fin del Derecho Popular Leonés
Lo terrible de la decisión del Gobierno es que hay dos consecuencias inmediatas: una, la expropiación “por Decreto” de todas las tierras y bienes de las Juntas Vecinales, que pasarán a ser propiedad de cada municipio en las que estén incluidas. Sí, ciudadanos de Navatejera, el pabellón deportivo es hoy propiedad de Villaquilambre. Sí, ciudadanos de los más de mil doscientos pueblos que aún conservaban la pedanía (porque muchos de los 1.440 de la dificultosa y orográfica provincia en la que vivimos la fueron perdiendo al no tener quién la cuidara y otros, los de Boñar, las perdieron por mandato de Franco), sus chopos los cortará el Ayuntamiento y sacará el dinero para hacer cualquier obra en donde le plazca, y no necesariamente en su localidad. Sí, agricultores que aprovechaban los quiñones de su “Villarriba”, se los podrán ceder a los de “Villabajo” (y si nos ponemos a los de “Villaenmedio”).
Cualquiera con dos dedos de frente se puede dar cuenta de que esta decisión es muy similar a la Desamortización de Mendizábal, con el funesto recuerdo que tenemos todos de ella. Es el sueño deseado por siempre, y lo repito sin rodeos, de muchos, muchos alcaldes. Ahora esos municipios con deudas mayúsculas es posible que las eliminen con los dineros y propiedades de sus pedanías, si estas estaban bien gestionadas (aunque eso de los alcaldes está por ver, tal y como llevaron antes los bienes municiapales). No sólo es bueno, sino perfecto para el Estado, pero... no sé qué pensarán los habitantes del pueblo en cuestión. A mí me da que no les va a hacer nada de gracia. ¿Y, por cierto, podrían litigar en contra de esta decisión si son propietarios sus ciudadanos de esas tierras y bienes?
Pero en fin, como siempre los leoneses dándolo todo por el Estado. Incluso hasta su propio Derecho Tradicional, que los castellanos incluyeron en su normativa y del cual hicieron desaparecer toda referencia al reino que lo había desarrollado durante la Edad Media. Es en León donde nace la libertad de pensamiento -que no la de expresión, ojo-, la inviolabilidad del domicilio (si un alguacil del Rey entraba en casa de uno sin permiso expreso se le podía moler a palos o matar sin que pasara nada), el derecho a recibir un juicio justo (por un “justo”, el Rey; no con Justicia). Y también los primeros sistemas democráticos directos medievales que fueron estas pedanías, que luego pasaron a municipios medievales a semejanza de los romanos, después a Merindades y más tarde a las primeras Cortes del Antiguo Régimen con tres Estados sociales votando (León 1188), entre ellos el pueblo llano que provenía de ellas... hasta que Alfonso X el Sabio une el antiguo derecho godo y el leonés con el castellano... y deja de llamarlo leonés.
Así que las únicas instituciones que de verdad quedaban como expresión del Derecho Popular Leonés, acaban de desaparecer por Decreto. Esto es duro, muy duro. Durísimo. Primero se perdió la región y la posibilidad de Autonomía. Durante tantos años hemos oído de los castellanistas que León era un invento del siglo XIX, durante tantos años se ha visto aquí cómo las empresas del Noroeste se iban a Valladolid, durante tantos años los leoneses han soportado que se financien mejor las empresas en otros lugares... y en el 2012 parece que vamos a perder la mina, las tierras de los pueblos y el único resto de identidad leonesa de golpe. Se lo digo yo, que ya saben que mi familia directa es castellana (de la Rioja). Hasta hoy era el único castellano y leonés que lo podía decir sin rubor, pero hoy creo que los castellanistas han impuesto su deseo. Sin las juntas vecinales leonesas, más ancha es Castilla... para los municipios, la Junta y el Gobierno del Estado (para que hagan lo que se les venga en gana, claro). De León no quedaría ya nada, más que el recuerdo y la bandera. ¿Cuanta pasta valdrá todo lo que le quitan a los ciudadanos de los pueblos leoneses?
Que otro haga la cuenta. Lo que no sé ya es si, de ser cierto todo lo que se avecina con esa supresión de las pedanías, el leonés no saltará por los aires de verdad. Porque aguanta de todo, pero que le quiten las tierras y los bienes es algo muy distinto. Muy distinto. Y de rondón, sin eliminar municipios que sobran y con una autonomía que no quieren porque les bastaría con su Diputación. Más que grave. ¿Hablan de acercar las competencias al ciudadano y le quitan los bienes sobre los que puede decidir de forma directa? ¿Para dárselas a quién, a los mismos que los desperdiciaron?
Creo que los políticos en este país, y más en León, deberían repensar muy mucho lo que están haciendo. Los españoles cuando saltan queman calles; los leoneses cortan cabezas directamente. Ningún rey fue más que un leonés ni se atrevió a quitarle las tierras sin recompensarlo o matarlo antes. Que no se olviden de eso, porque se ahora sí creo que se la han jugado de verdad.Y sigo teniendo buenos amigos entre ellos y no me gustaría que pagaran justos por pecadores. Lo mismo que está pasando ahora con el pueblo y nuestros pueblos. Que se lo piensen dos veces.
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