"Semillas de innovación", 13/9/2012.- “El procomún establece una nueva vara de medir el «valor». «Valor» no es sólo cuestión de precio, es algo que está enraizado en las comunidades y en sus relaciones sociales.”
David Bollier. El redescubrimiento del procomún.
De un tiempo a esta parte ( me gusta mucho esta expresión) un grupo de personas se han ido haciendo eco de un nuevo ataque al procomún en el rural, en este caso se trata de la enésima intervención administrativa con el objetivo de desnaturalización de los montes comunales.
¿Y que es esto de los montes comunales? Se puede preguntar la lectora que este leyendo esto. Pues vamos a responderle, esperando no ser excesivamente simplista. En tiempos remotos, en la mayoría del territorio rural, tanto aquí como en Francia o Inglaterra, la mayoría de las tierras eran comunales, es decir los vecinos de un determinado territorio compartían las tierras y las labraban, cultivaban, etc.
A medida que la ideología liberal, acompañada de la construcción de los Estados tal y como los conocemos, con su aparato administrativo y el monopolio de coerción, se va defendiendo la idea de que la propiedad privada es la única que garantizaba el buen uso de, en este caso, de los montes.
Este proceso de privatización de estos montes comunales va implicando una desnaturalización paulatina de este procomún , en tanto las vecinas van perdiendo la “propiedad” sobre estos montes, en lo que se refiere al uso, la gestión etc… Las desamortizaciones, la política forestal del franquismo, con sus masivas repoblaciones fueron claros ejemplos de estos ataques al procomún en el medio rural.
Por poner un dato que ilustre esta situación, se estima que en Galicia en el s. XVIII entre 3/4 y 2/3 partes del total, eran montes vecinales en mano común, actualmente solo 1/5 del territorio está clasificado como monte vecinal en mano común.
Entonces la ávida lectora, puede preguntarnos ¿Cómo fue el devenir de estos montes? Y para responderle vamos a usar una explicación que da Alejandro Nieto, uno de los grandes estudiosos de estas cuestiones, quien considera que existieron dos vías, una la que podría denominarse castellana, en la que los ayuntamientos u otras entidades locales menores se apropian de los montes vecinales, pasando por tanto a ser considerados como públicos, aunque su gestión sea colectiva; y la solución gallega en la que los montes siguen manteniendo la propiedad vecinal.
La construcción político-administrativa que se inicia durante la primera mitad del s. XIX, tiene como uno de sus grandes ejes, la creación de municipios. Si esta entidad administrativa puede tener sentido en muchos lugares del Estado, no ocurre así en Galicia, donde el hábitat gallego es radicalmente opuesto al de otros territorios. Por tanto estos municipios serán una construcción arbitraria que no es capaz de apropiarse de esos montes vecinales, como si sucedió en otras partes del Estado.
Por tanto vamos viendo, que existen dos modalidades de montes de uso colectivo, uno: los comunales, cuya propiedad es pública y otros cuya propiedad es colectiva/privada.
Continuemos, por tanto, en nuestra argumentación. Si explicamos esto es para entender como puede afectar la futura Ley de Armonización de la Administración Local. Esta Ley tiene como espíritu, tal y como dice el título, armonizar la administración local española y por ello pretende eliminar una serie de figuras que, en función del lesgislador actual sobran. Unas de ellas son las juntas vecinales, entidades locales menores, que tenían la propiedad de estos montes vecinales y públicos, y que eran los encargados de gestionar caminos, obras menores, la venta de la madera, etc…
La eliminación de estas entidades, que cabe recordar, no suponen un coste significativo, implicará la desnaturalización de nuevo de estos montes vecinales, así como un paso más en la apropiación de la administración de estos montes. La comunidad de vecinas, tradicional gestora y usuaria de estos montes verá como se le escapa una vez más ese monte que siempre ha sentido como propio y comunitario. Esos tentáculos de ese pulpo llamado administración hará que la comunidad tenga menos recursos de autogestión, lo que perjudicará el objetivo de crear redes de apoyo mutuo entre las vecinas de ese determinado pueblo.
Una vez más, es una lástima que en estos tiempos que corren, algunos aún no sean conscientes de la necesidad de impulsar fenómenos sociales que buscan trabajar de forma sostenible y colaborativa entre el vecindario.
Y ya para ir terminado, este Anteproyecto de Ley al que nos referimos no afectará a los montes vecinales en mano común, típicos de Galicia, ya que para el legislador, estos son considerados como privados y por tanto no le afecta. Al igual que tampoco afecta a los montes de socios, otra variedad de monte comunal.
Nota: Según la administración española, la superficie aproximada de los montes privados es de 18.000.000 ha., de las que 2.500.000 son de propiedad comunitaria, ya de tipo germánico (Montes vecinales en mano común, los gallegos, aprox. 700 000 hectáreas) ya de tipo romano (Comunidades y sociedades de montes de vecinos).
La superficie aproximada de montes públicos pertenecientes al Estado, a las comunidades autónomas, a las entidades locales y a otras entidades de derecho público es de 9.000.000 ha. En este apartado es donde deberíamos insertar los montes que se verán afacetados por la Ley de Armonización de la Administración Local, solo que no se sabe cuantas hectáreas pueden representar este tipo de montes sobre el total.
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