martes, 2 de octubre de 2012

Cuatro días de septiembre


Diario de León, Ernesto Escapa 02/10/2012.- Los que van de jueves a lunes, de San Eustaquio a la Merced. El jueves 20, por la tarde, Herrera convocó una reunión de presidentes provinciales y de diputaciones del Partido Popular, para desactivar el enredo que a propósito del proyecto de Ordenación del Territorio de la Junta, iba engordando por el oeste de Castilla y León, de Ávila a Zamora. Aunque las jornadas itinerantes de pedagogía territorial cumplen ya más de un año, fue a partir del congreso autonómico del PP, que tuvo lugar en mayo y en Ávila, cuando se alborotó la jaula y el proceso se empezó a torcer. De repente, la música ambiental volvía a ser muy parecida al desmadre que acompañó el descalabro de las Cajas de Ahorros. Zamora, Ávila, Salamanca, a veces León, iban poniendo palos al intento de establecer una estructura eficiente para la prestación de servicios a una población mayor y dispersa por un territorio que es más de tres veces el de Cataluña y catorce veces el del País Vasco.

La reunión vespertina del día 20 acabó tarde y con una rueda de prensa en la que el secretario general y alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, dejaba el proceso de la Ordenación del Territorio prácticamente en suspenso, pendiente en cualquier caso de su acompasamiento con la anunciada reforma estatal de la ley de Bases de Régimen Local. Así que los que habían llegado revueltos, salieron con más anhelos. La ley estatal cifra el ahorro de estructura administrativa en la supresión de juntas vecinales y de un 30% de concejales, porcentaje que casi coincide con el bloque vocacional. Quedarían sólo los bien pagados.

El viernes, aunque no es día feriado, los presidentes provinciales del PP acudieron a la sede madrileña de Génova, para imbuirse de las políticas del gobierno de Rajoy. El portavoz del encuentro, que volvió a poner el énfasis en el compás con Madrid, fue esta vez Antolín Sanz, presidente de Ávila, quien unos días antes había mostrado el rechazo de los populares de su provincia al proyecto de la Junta, porque “se da de bruces” con la reforma estatal. De este modo, sumaba su desplante al más ruidoso y terco del presidente zamorano, Fernando Martínez Maíllo, y a la repulsa de diversos grupos comarcales de alcaldes en Salamanca, León y otras provincias.

El ariete más audaz de la revuelta, desde el congreso de mayo, viene siendo el zamorano Maíllo, que el sábado 22 presidía la celebración del día de la provincia en Sanabria con un lote de hora y media de discursos. Maíllo casó el día de Santa Teresa hace un año con la nieta carioca del Pichurro de Valderas, Nereyda Blanco, es vicepresidente de la Federación de Municipios y Provincias y a su primera toma de posesión en la plaza de Viriato acudió acompañado por la televisiva Aída Nízar.

El congreso autonómico de Ávila defraudó la expectativa de quien se consideraba investido para el relevo y alborotó a los secuaces más ambiciosos. Ahí estaba, muy bien situada como figura emergente, la consejera de Cultura y Turismo Alicia García. Los severos avisos del domingo y la sacudida de Herrera el lunes, en el comité ejecutivo autonómico, chafaron el intento de repetir la jugada de las Cajas de Ahorros. Al menos, de momento. Pero que nadie dude que hay partido.

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